Consiste en dar respuesta a las necesidades básicas, ofrecer una mejor calidad de vida, minimizando el uso de los recursos naturales y emisiones y sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. El estilo de vida sostenible es un concepto social y transformador de una manera responsable con la sociedad y con las generaciones futuras.
Los hábitos de vida son nuestras actividades y comportamientos ordinarios, es decir, nuestras acciones y costumbres diarias. Actualmente tenemos un estilo de vida sedentario en su mayoría, por lo que los saludables se están abandonando. Llevar un estilo de vida sedentario quiere decir no hacer apenas ejercicio, estar acostado o descansando demasiado tiempo. Esta forma de vida puede conllevar enfermedades o problemas como la obesidad, mala circulación de sangre o huesos debilitados entre otros. Un desarrollo sostenible sería vivir de lo natural sin abusar de la naturaleza, es importante promover hábitos que respeten y protejan el medioambiente.
Consume sólo lo que necesites.
No hagas caso de las ofertas que sólo te inducen a consumir más.
Debes ser crítico: infórmate de las consecuencias sociales y ecológicas de la generación de los productos que consumes habitualmente.
Acude, siempre que puedas, a tiendas con productos de comercio justo o de productos ecológicos. No consumas “pezqueñines”. Infórmate de las tallas de pescado y compra sólo aquellos productos que cumplan la normativa.